«Chiche era un perro pastor marrón que le regaló mi abuelo a mi hermano mayor para su cumpleaños. Cuando nací, Chiche ya vivía en casa desde hacía unos años, así que fue parte de la familia antes que yo».
Leyendo Chiche, mi ovejero uno disfruta de un encuentro desde lo afectivo, fundamentalmente, y de una economía lingüística, que va unida a una profundidad de sentimientos.